La relación con su audioprotesista debe ir más allá de alguna consulta ocasional. Debe ser una relación de colaboración para ayudarle a alcanzar una buena salud auditiva a largo plazo. Mientras más sepa sobre usted, mejor entenderá las necesidades de su estilo de vida y podrá darle soluciones para vivir una vida participativa y sana.
Los audioprotesistas cuentan con la formación específica para dar respuesta a las necesidades concretas de su pérdida auditiva, a sus preferencias personales y a sus requisitos de estilo de vida para encontrar los audífonos que mejor se adaptan a usted.
Su audioprotesista puede evaluar sus necesidades de audición y su estilo de vida para orientarle sobre una amplia variedad de productos de protección de audición.
Cuando su organismo produce una cantidad excesiva de cerumen, el audioprotesista puede ayudarle a limpiar el conducto sin dañar sus oídos.
Además de ofrecerle ayuda con la pérdida auditiva, su audioprotesista puede llevar a cabo algunas pruebas de equilibrio si tiene mareos o problemas de equilibrio.
Su audioprotesista puede darle consejos y recomendaciones si padece acúfenos, un síntoma habitual que provoca zumbidos o pitidos en uno o ambos oídos.
Hay varios factores que debe tener en cuenta a la hora de elegir a su audioprotesista para formar una buena relación de colaboración que le ayude a conseguir una buena audición y a recuperar su bienestar. Estos son algunos de los criterios que debe cumplir:
La primera consulta con su audioprotesista es el comienzo de una relación de colaboración. En ella, el audioprotesista podrá conocerle mejor, hacerle las pruebas pertinentes y analizar los resultados. Muchos audioprotesistas recomiendan acudir a la consulta con un amigo o familiar para recibir apoyo adicional.
En primer lugar, tendrá la oportunidad de contar a su audioprotesista acerca de su experiencia, sus necesidades y sus objetivos para que este pueda entender cuál es el mejor tratamiento para su pérdida auditiva.
Después, el audioprotesista le hará algunas pruebas para evaluar qué oye y determinar el grado de pérdida auditiva que padece.
Su audioprotesista obtendrá los resultados de las pruebas, los cotejará con la información para confirmar que los datos coinciden con su experiencia y, después, le hará algunas recomendaciones sobre su tratamiento.
La prueba más habitual se lleva a cabo en una cabina insonorizada, desde la que deberá seguir las instrucciones que se le indiquen, por ejemplo, levantar la mano cuando oiga un pitido. El objetivo es detectar en qué grado puede oír una serie de frecuencias distintas.
Las pruebas de audiometría verbal proporcionan un resultado real sobre el impacto de su pérdida auditiva en su vida diaria. También se utilizan para adaptar los audífonos y diagnosticar otras enfermedades del oído interno, como el vértigo.
La timpanometría es una prueba que se utiliza para determinar el estado del oído medio. Permite detectar fluidos en esta zona o ver si el tímpano está dañado.
Dado que los bebés no pueden comunicarse como los niños o adultos, hay pruebas especiales diseñadas para ellos, seguras y cómodas, como la prueba de emisiones otoacústicas y la prueba de potenciales auditivos de tronco cerebral.
Las audiometrías online evalúan en qué grado el paciente oye a distintos tonos y consiste en responder algunas preguntas de audición en distintas situaciones. Proporciona un indicativo inicial que permite saber si el paciente padece de pérdida auditiva. Su audioprotesista evaluará los resultados y determinará si resulta útil someterse a una prueba de diagnóstico profesional.
Cada audífono se adapta para adecuarse con precisión a sus necesidades. El proceso de adaptación suele llevarse a cabo unas semanas después de la evaluación inicial. Tras la adaptación, podrá llevarse sus audífonos a casa y probarlos durante unas semanas. Su audioprotesista revisará la evolución del uso de sus audífonos y llevará a cabo algunos ajustes finos si es necesario. Una vez que esté satisfecho con el ajuste y el sonido de sus audífonos, podrá llevárselos a casa. Solo tendrá que acudir a la consulta del audioprotesista para comprobar que siguen cubriendo sus necesidades. En la mayoría de los casos, tendrá que cambiar o actualizar los audífonos al cabo de un periodo de entre tres y siete años.